Estudiantes UDEC marchan por agilizar procesos por denuncias de abusos
¡Hola a todos! Hoy les traigo una historia que refleja la voz y la lucha de los estudiantes de la Universidad de Concepción, una movilización que ha sacudido las calles y pone sobre la mesa una demanda fundamental: la necesidad de que los procesos internos de investigación en las instituciones académicas sean más ágiles y transparentes.
Desde la pinacoteca de la Udec hasta la Plaza de Tribunales, los estudiantes marcharon en una manifestación que no solo fue visible en las calles, sino que también resonó en los corazones de quienes creen en la justicia y en una educación más inclusiva. La razón de esta movilización es clara: exigen que los plazos de fiscalía, el órgano interno responsable de investigar denuncias dentro de la plantel, sean más breves. En palabras simples, quieren que los procesos no se extiendan por años, sino que se resuelvan con celeridad para garantizar justicia y protección a quienes denuncian.
Valery Céspedes, vocera de la Asamblea de Mujeres y Disidencias Sexogenéricas, fue una de las voces que destacó en la marcha. Ella explicó que la denuncia en cuestión está dirigida a dos estamentos de la universidad, y además, denunció que los estudiantes han sido objeto de amedrentamientos. Esto evidencia un clima de tensión y resistencia dentro de la comunidad universitaria, donde las voces disidentes enfrentan obstáculos y, en ocasiones, amenazas que buscan silenciar sus demandas.
Por su parte, Catalina, también vocera de la misma asamblea, expresó que la comunidad estudiantil ha recibido apoyo transversal, es decir, de diversos sectores dentro de la universidad, pero lamentablemente no ha sido así con la institucionalidad misma. La joven denunció que los procesos en las distintas unidades de la universidad son revictimizantes, lo que agrava aún más la situación. La revictimización en estos contextos significa que quienes denuncian no solo enfrentan los problemas iniciales, sino que además se ven sometidos a procesos que los hacen sentir aún más vulnerables y desprotegidos.
La marcha no terminó en la pinacoteca. Los estudiantes, respaldados por un contingente policial, continuaron su desplazamiento por la diagonal hasta llegar a la Plaza de Tribunales. Este despliegue de fuerzas policiales ha generado también opiniones divididas: algunos ven en ello una protección necesaria, mientras que otros consideran que la presencia policial exagerada puede sumarse a la sensación de intimidación que viven los estudiantes y denunciantes.
Lo que se evidencia en esta movilización es una lucha que trasciende los límites de la universidad. Es una manifestación por la justicia, por la igualdad y por procesos internos que realmente protejan a quienes denuncian, sin revictimizar ni acallar sus voces. La demanda por plazos más breves en la investigación interna no solo busca eficiencia, sino también confianza en las instituciones académicas y en su compromiso con el bienestar de toda su comunidad.
Este tipo de acciones reflejan una realidad que muchas instituciones educativas están enfrentando: la necesidad de ser más transparentes, rápidos y justos. La comunidad universitaria de la Udec ha puesto sobre la mesa una problemática que, si bien específica, tiene un impacto profundo en la cultura institucional y en la protección de los derechos de todos sus miembros. La esperanza es que estas movilizaciones no solo generen cambios inmediatos, sino que también sirvan como ejemplo para otras instituciones que buscan fortalecer su compromiso con la justicia y la igualdad.