Pastor evangélico predica discurso de odio en plaza independencia de Concepción
En la Plaza de la Independencia de Concepción, un supuesto pastor evangélico desató una ola de indignación al pronunciar un discurso cargado de odio y machismo, culpando a mujeres y niñas por ser víctimas de violencia sexual y feminicidios. Utilizando altavoces, el hombre argumentó que las violaciones y asesinatos ocurren por la «provocación» de las víctimas en lugar de responsabilizar a los agresores. Con frases como «los profesores miran los puestos», insinuó que las víctimas son las responsables de su propia victimización, creando un ambiente de victimización y deslegitimación de la experiencia de las mujeres.
El discurso del predicador, ampliamente difundido en redes sociales, fue rápidamente condenado por diversas organizaciones y autoridades locales. El alcalde de Concepción, Héctor Muñoz, quien también es pastor de una iglesia evangélica, se distanció del mensaje del orador y lo calificó como un «fanático» que no representa a las comunidades de fe. Muñoz ordenó a los servicios de seguridad pública que mantuvieran presencia en la plaza para prevenir que el individuo regresara y continuara con sus prédicas.
La situación fue particularmente sensible dado que se acercaba el 8 de marzo, fecha emblemática para la lucha por los derechos de las mujeres. La coordinadora de la organización Mujeres En Resistencia, Oriana Astudillo, expresó su preocupación por el impacto que un discurso de odio como el del predicador puede tener en la sociedad y en la educación de las personas, especialmente en un contexto donde las mujeres ya enfrentan altos índices de violencia.
A pesar de la gravedad de sus declaraciones, el pastor fue sancionado con una multa y citado a comparecer ante el Juzgado de Policía Local. Esto ha generado críticas sobre la respuesta de las autoridades ante discursos que fomentan la violencia de género. La opinión pública ha señalado que la respuesta debería ser más contundente, considerando la gravedad del contenido de sus palabras y el ambiente de impunidad que puede generar.
La situación refleja una tendencia preocupante en la que discursos de odio se normalizan en espacios públicos, contribuyendo a un clima de violencia hacia las mujeres. La falta de acciones más severas contra el predicador ha sido vista como un indicativo de la necesidad urgente de abordar la cultura de la violación y la violencia de género, además de sensibilizar a la población sobre la responsabilidad de todos en la construcción de una sociedad más equitativa.
El hecho ha puesto de relieve la importancia de la lucha por la igualdad de género y la urgencia de erradicar discursos que perpetúan la culpa hacia las víctimas. Las organizaciones feministas han reiterado su compromiso de seguir denunciando y combatiendo este tipo de actitudes que atentan contra los derechos humanos y la dignidad de las mujeres. En este contexto, la respuesta de la comunidad y de las autoridades será crucial para avanzar en la defensa de los derechos de las mujeres y para asegurar que discursos como el del pastor no tengan cabida en la sociedad.