Dia mundial de la Bicicleta, 03 de junio

Este martes 3 de junio, el mundo celebra el Día Mundial de la Bicicleta, una herramienta que ha dejado de ser simplemente un medio de transporte para convertirse en un símbolo de cambio y sostenibilidad. En un contexto donde las ciudades enfrentan crecientes niveles de congestión, pedalear emerge no solo como una opción, sino como una solución concreta para descongestionar las calles y reducir la huella ecológica. De hecho, según datos del Ministerio de Transporte, se registran más de 1,5 millones de viajes diarios en bicicleta, cifras que reflejan un crecimiento sostenido en su uso en los últimos años. La bicicleta, así, se posiciona como una alternativa más ágil, económica y amigable con el medio ambiente, y su popularidad no para de subir.

Marcelo Muñoz Lara, director de la Escuela de Educación de la Universidad Bernardo O’Higgins, no duda en afirmar que “aunque ha habido un aumento evidente, este uso puede seguir creciendo”. Para potenciar esa tendencia, el experto advierte que “se necesita una política pública que invierta en infraestructura y, sobre todo, que aumente la sensación de seguridad para quienes pedalean”. La infraestructura adecuada y la protección del ciclista son claves para que más personas se animen a sumarse a esta forma de movilidad.

El impacto de usar la bicicleta trasciende lo físico. Muñoz destaca que pedalear “tiene un impacto positivo en el tejido pulmonar, mejora la eficiencia respiratoria y actúa directamente en el control del estrés, lo que la convierte en una excelente aliada para enfrentar la rutina diaria”. No es solo una cuestión de salud física, sino también mental y social: la práctica constante del ciclismo ayuda a prevenir enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes, además de fortalecer la convivencia vial y promover comunidades más sostenibles.

Para quienes están pensando en incorporar la bicicleta en su vida cotidiana, el experto recomienda escoger un modelo apropiado según el uso, privilegiar rutas seguras con ciclovías, planificar bien el trayecto completo y equiparse siempre con implementos de seguridad como casco y reflectores. La recomendación es clara: pedalear con responsabilidad y conciencia. Porque, en definitiva, la bicicleta no solo mejora la salud y el bienestar individual, sino que también fomenta el respeto, la convivencia y una mejor calidad de vida urbana.

En un mundo que busca alternativas para un futuro más sustentable, pedalear se convierte en un acto de resistencia y esperanza. La bicicleta, más que un medio de transporte, es un símbolo de transformación social, de ciudades más humanas y de un compromiso real con nuestro planeta. En este día, celebramos no solo un vehículo, sino una forma de entender y construir un mundo mejor, una pedalada a la vez.

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