Universidad de Concepción como hospital de emergencia tras terremoto de 1939
El terremoto devastador de la noche del 24 de enero de 1939 asoló las ciudades de Chillán y Concepción, causando miles de muertes y desencadenando una grave crisis sanitaria. El Hospital San Juan de Dios de Concepción sufrió severos daños, con derrumbes que se produjeron incluso días después del evento, debido a las réplicas. En Talcahuano, la situación era similar, ya que su hospital también colapsaba, dejando a muchos heridos sin atención adecuada. La escasez de personal médico se convirtió en un desafío monumental, agravado por la pérdida de algunos profesionales en la tragedia.
A diferencia de los hospitales, las modernas edificaciones del campus universitario no sufrieron mayores daños, aunque varios edificios en el centro quedaron afectados. El Gobierno solicitó la cesión de los edificios de Derecho y Educación, trasladando las clases a un inmueble en O’Higgins 850. Esta mudanza requería rápidas reparaciones para adaptarse a las necesidades de los estudiantes y profesores, quienes se vieron obligados a adaptarse a las nuevas circunstancias. Parte de la Escuela de Derecho también se reubicó en el Instituto de Biología, donde se habilitaron espacios para biblioteca y secretaría.
Para convertir las instalaciones del campus en un hospital, se levantaron nuevas paredes y construcciones interiores, con el compromiso de devolver los edificios a su estado original. La cesión se acordó por un período de dos años, pero el gobierno no cumplió con la restitución en ese tiempo. La Junta Central de Beneficencia argumentó que esperaban la finalización del nuevo Hospital Regional, lo que pospuso aún más el regreso de los edificios a la Universidad de Concepción. Así, la espera se extendió más allá de lo previsto, generando incertidumbre en la comunidad universitaria.
Finalmente, en mayo de 1943, después de más de dos años de retraso y cuatro años desde el terremoto, los edificios fueron devueltos a la universidad. Las reparaciones necesarias costaron alrededor de medio millón de pesos de la época, y la Beneficencia se comprometió a financiar estas obras. La Universidad de Concepción se encargó de realizar las reparaciones y la suma se imputó a un acuerdo más amplio por el uso futuro del Hospital Clínico. Así, en octubre de 1943, las facultades de Derecho y Educación volvieron a su hogar, marcando el fin de un largo proceso de reubicación y reconstrucción.